miércoles, 9 de abril de 2014

Hockman

Hockman era otro espectro, como Kisum’Dar, sólo que a diferencia de este, él transmitía un halo de bondad y sosiego.
-¿Quién eres?- Preguntó Arcanos con voz firme y severa.
El silencio se hizo entonces en la cabeza del Emperador y de los allí presentes tronaron con fuerza las siguientes palabras.
-Represento a la fuerza y el coraje que viene desde otro mundo a ayudaros con esta batalla.
De nuevo un silencio sepulcral se hizo en la zona. Arcanos y Hockman parecían mantener una conversación mental, en la cual solo ellos participaban.
-Necesito tu ayuda para acabar con esta amenaza.- Dijo el Emperador.
-Ayúdame y atenderé con gustos tus deseos, incluso dejaré para siempre estos páramos si es eso lo que deseas.- Continuó.
Hockman no dijo nada, se dio media vuelta y desplegó sus cuatro alas blancas resplandecían aun más con el brillo del marfil de las Torres Blancas y su fuerza y su coraje parecieron inspirar a los miembros de la coalición que lucharon con más fiereza y valor que nunca.
Cuando Jarald los vio aparecer no daba crédito a lo que veían sus ojos, se arrodilló ante Hockman y le besó los pies haciendo un voto de juramento[1].
A la puesta de sol la coalición estaba en la brecha y sus hechiceros empezaron a sellarla.
La “Guerra de los Sabios” había ganado, la coalición había salido victoriosa.
Esa misma noche Arcanos y Hockman se reunían de manera privada.
Hockman trataba de diferir las intenciones de Arcanos, pero para cuando lo hizo fue tarde, sin tiempo a reaccionar Arcanos dio la orden, y Hockman fue capturado mediante hechizos y llevado a las Torres Blancas.
Arcanos estaba ebrio de poder, poseía un arma sin igual en esta guerra y además había llevado el frente desde su plaza a la brecha en un solo día.
A la mañana siguiente Arcanos bajó a ver a su invitado. Hockman permanecía indeleble, con las cadenas mágicas de los Yradri unidas a sus muñecas, tenía la vista baja, como meditando, los pasos de Arcanos le hicieron salir del trance, era hora de afrontar su destino.
-Espero que comprendas, no serás libre hasta que esta guerra haya acabado.- Dijo Arcanos con tono sosegado.
-¿Crees que con palabrerías vas a aplacar el cinismo de tus actos? No te equivoques, la victoria ya es tuya, observa la brecha, ya está cerrada.
Que sepas que he observado el futuro, se quien eres.
Tú, Señor de Terra, ni por un segundo te has planteado el liberarme. Sé que me llevarás a Terra cómo símbolo de tu victoria sobre las Atsanimas, y allí te proclamaras Dios entre los mortales, en tu interior lo sabes, es lo que anhelas… (Susurro) Ser más magnánimo que ningún otro-Dijo Hockman.
Hubo otro silencio incomodo entre los dos, Arcanos se marchó y enseguida entraron miembros de la Cábala trasladaron a Hockman a su nuevo hogar, las cadenas del fin del mundo, al norte de Valhalla, en la zona conocida como “Corona de escarcha”, al norte de Quel’thor.



[1] Sir Jarald el Rejo es el primer líder de la orden de los Caballeros de Hockman.

1 comentario:

  1. La Orden de Hockman, también es conocida como la División Blanca, (por su uniforme), más adelante durante la época del Imperio de Koudelka y la fundación de la República.
    Solrac quiso rescatar el honor, el coraje y el significado de la orden para la creación de su ejercito, adalides de la justicia.

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